Descargar juegos es algo cotidiano para cualquier usuario de las consolas de Nintendo, Microsoft y Sony. Pero pocos saben que el precursor de este sistema fue GameLine, cartucho que permitía "bajar" software para Atari 2600... en 1983!
Según reseña The Gaming Historian, se trata de una creación de William von Meister, un empresario que se inició en la industria del cable. En un principio, utilizó la línea telefónica para distribuir música a las compañías de cable (vía satélite). Sin embargo, éstas declinaron cuando la industria discográfica comenzó a amenazar con problemas legales.
Decidido a no perder su inversión en esta nueva tecnología, Von Meister fundó Video Control Corporation (CVC) y creó el servicio GameLine: por 59,95 dólares y una cuota de otros 15 dólares, el usuario recibía un cartucho plateado de Atari -llamado Master Module- con un módem interior y un PIN de identificación. Mediante una toma de teléfono, el dispositivo se conectaba a unos servidores centrales en Vienna de los cuales podía descargar juegos en menos de un minuto.
Aparte de las descargas, el usuario recibía una suscripción a la revista "GameLiner", con consejos y trucos, así como información sobre nuevos juegos. Además, los jugadores tenían la oportunidad de competir en campeonatos regionales de máximos puntajes. Por algo el magazine Electronic Games calificó a GameLine como “la cosa más grande ocurrida en la industria de los videojuegos desde el joystick”.
Cabe preguntarse: ¿por qué GameLine no se convirtió en un arrollador suceso de ventas? Para empezar, cada juego descargado podía ejecutarse durante máximo una semana; tras lo cual, el usuario debía pagar nuevamente por otra descarga. Aparte, la biblioteca de títulos estaba compuesta íntegramente por obras de terceros, entre los que destacaba Imagic (cuyo catálogo está ahora controlada por Activision). CVC intentó -sin éxito- obtener los contratos de licencia de los mayores fabricantes de juegos, como Activision, Coleco, Mattel, Atari y Parker Brothers.
La crisis de la industria de inicios de los ochentas terminó por sepultar a GameLine en su forma original: Algunos ex integrantes de CVC formaron una nueva compañía, Quantum Computer Services. Crearon Quantum Link, un servicio de juegos en línea para Commodore 64 y 128. Después de una fallida asociación con por Apple, Quantum Computer Services decidió reconvertirse en una empresa que proporcionaría servicios a aquellos sin muchas habilidades informáticas. El nuevo nombre de la compañía es hoy harto conocido: America Online (AOL).